Los cuatro paquetes, que oscilan de 150 reales (26 dólares) a 375 (66 dólares), se entregarán a quienes recibieron el beneficio en diciembre 2020.
‘Es una deuda más de la Unión. Esto nos pesa a todos. Es una factura que nos queda a nosotros y a las generaciones futuras’, afirmó recientemente el presidente Jair Bolsonaro, quien admitió que el valor es bajo.
Reconoció que es poco recurso para una familia brasileña, pero ‘es lo que la nación puede dispensar a la población’.
Apuntó que los efectos sociales de la pandemia no pueden ser más dañinos que el propio virus.
El mandatario, quien dejó entrever que esta sería una última ronda de socorro, insistió en ‘que no podemos seguir con las ayudas para no comprometer nuestra economía’. Al respecto, el ministro de Ciudadanía João Roma subrayó que la ayuda es un ‘soplo de aire fresco para el pueblo’ y no representa la solución a los problemas económicos generados por la pandemia.
Como el pasado año, el recurso se depositará en las cuentas digitales de ahorro de los trabajadores informales y de los inscritos en el Registro Único de Programas Sociales del Gobierno federal.
Unos 44 billones de reales (siete mil 767 millones 144 mil dólares) se destinaron a la iniciativa mediante la promulgación de una Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC).
Tal PEC abrió el camino para que la administración central superara el techo de gasto sin comprometer el objetivo de resultado fiscal primario y sin afectar a la llamada regla de oro (una especie de tope de deuda pública para financiar el gasto corriente).
La pasada semana, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva defendió en una entrevista el mantenimiento de una asistencia de 600 reales (106 dólares), como empezó a principios de 2020, para personas en situación de vulnerabilidad.
Para el fundador del Partido de los Trabajadores, el beneficio inferior a 600 reales no es suficiente para que las personas puedan afrontar los daños de la crisis generada por el coronavirus SARS-CoV-2.
‘Tenemos que garantizar la ayuda de emergencia para que la gente pueda quedarse en casa, pueda comer, y para que los microempresarios sigan abiertos y funcionando’, señaló.
Hasta la fecha Brasil acumula 332 mil 752 muertes y 13 millones 13 mil 601 infectados por el patógeno.
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