Durante una conferencia de prensa el canciller expuso lo que acontece desde el pasado 21 de marzo en ese estado limítrofe, escenario de enfrentamientos armados entre grupos irregulares colombianos y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Cuestionó que el Gobierno y los medios de prensa de la nación vecina intentan desvirtuar el foco de atención hacia los desplazamientos de la población, para hacer ver una crisis humanitaria, mientras callan sobre los ataques y el uso ilegal por parte de los paramilitares de minas antipersonales en la zona.
Señaló que esta semana fue enviada una carta al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, para que interponga sus buenos oficios con el propósito de que se establezca un canal permanente con Colombia para resolver los asuntos fronterizos y se garantizar la convivencia entre ambas naciones.
Expresó que también se dirigió una comunicación al representante de Vietnam, quien preside el Consejo de Seguridad de la ONU, para que inicie investigaciones sobre las actividades de esos grupos en territorio nacional y las consecuencias para Venezuela del recrudecimiento de la guerra interna de Colombia.
Anunció que próximamente se enviará una misiva al presidente de México y a su canciller, Andrés López y Marcelo Ebrard, respectivamente, para que sean mediadores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), como nación que ejerce la presidencia pro tempore del ente regional.
La cancillería venezolana, dijo, solicitó asesoría al servicio de la ONU relativo a las minas, para la capacitación de la FANB, en el barrido y desactivación de los artefactos explosivos colocados en Apure.
Arreaza destacó que en 17 días las fuerzas castrenses venezolanas hicieron más para garantizar la seguridad y combatir a los grupos irregulares que las Fuerzas Armadas de Colombia, ‘hay carteles, hay clanes, hay estructuras de crimen organizado. El desamparo de la frontera es casi absoluto del lado colombiano’.
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