De acuerdo con el mandatario, la propuesta legislativa resulta necesaria para que su país ‘pueda encabezar al mundo de la manera en la cual lo ha hecho históricamente’.
En un discurso en la Casa Blanca, Biden también criticó el avance de China y se preguntó si la nación asiática esperará antes de invertir en infraestructura digital, investigación y desarrollo.
No existen los puentes republicanos ni los aeropuertos demócratas, expuso el jefe de Estado, quien aseguró que está dispuesto a trabajar con quienes se oponen a su iniciativa.
Biden prefiere que su propuesta tenga el respaldo de los republicanos, pero si eso no funciona, probablemente apoyará el uso de una estrategia de procedimiento llamada reconciliación para permitir que los demócratas la aprueben en el Senado, señaló hace tres días en un programa de televisión la secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
La opción del gobernante persigue modernizar el transporte, los sistemas de comunicaciones y los edificios, financiar la innovación y la investigación, e impulsar algunos programas sociales.
Sin embargo, para diferentes voces, este plan de Biden, su segunda iniciativa legislativa importante, parece hasta ahora poco probable que obtenga más apoyo bipartidista que el primero, el paquete de ayuda contra la Covid-19 por un valor de 1,9 billones de dólares.
Para el líder republicano de la Cámara Alta, Mitch McConnell, el nuevo plan del presidente es audaz, pero aumentaría los impuestos y la deuda, por lo cual prometió evitar su aprobación.
En tanto, el también senador del partido rojo Roy Blunt instó recientemente a Biden a reducir significativamente el valor de la propuesta si quiere tener el respaldo de sus opositores políticos.
Si observamos las carreteras, los puentes, los puertos y los aeropuertos, y tal vez incluso los sistemas subterráneos de agua y la banda ancha, todavía pienso que sería necesario menos del 30 por ciento de todo este paquete financiero, subrayó Blunt al canal Fox News el pasado domingo.
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