Las inscripciones jeroglíficas en las vasijas encontradas y los sellos en los ladrillos de barro indican que la urbe fue construida durante el reinado de Amenhotep III entre el 1391 y el 1353 antes de Cristo, comunicó el egiptólogo.
El hallazgo fue accidental, ocurrió mientras la misión arqueológica buscaba el templo mortuorio del faraón Tutankamón en la ladera occidental de Luxor.
Hawass la nombró ‘El ascenso de Aton’ y según las referencias históricas es el asentamiento administrativo e industrial más grande de la antigua Tebas, que se extiende hasta Deir el-Medina.
Durante siete meses los expedicionarios desenterraron murallas de tres metros de altura y habitaciones repletas de herramientas para cocinar, así como anillos y escarabajos.
La disposición de las estructuras develadas sugiere la existencia de zonas residenciales y manufacturas, entre las cuales constan panaderías, cocinas, textiles, fundiciones de barro, metal y vidrio.
Otras revelaciones como los entierros peculiares de una vaca, un toro y el esqueleto de una persona con una cuerda atada a sus rodillas despertaron el interés de los investigadores por determinar la naturaleza y el propósito de tales prácticas, destacó Hawass.
Conocida también como ‘La Ciudad Dorada Perdida’, el milenario lugar había centrado por años los desvelos de varias misiones extranjeras.
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