Doctor en bioquímica manifestó que esta cepa apareció inicialmente en Brasil y se extiende rápidamente desde Manaos al resto del territorio de ese país y ‘se comió’ al Estado de Río Grande del Sur, que es parecido al tamaño de Uruguay, en tres semanas.
Añadió que es más agresiva y tiende a saturar más rápido al sistema médico porque al contagiar y aumentar la velocidad de transmisión de la enfermedad en situaciones complejas acercan al desborde de los servicios de emergencia.
En su fundamentado criterio la P1 obliga a nuevos aprendizajes, entre los cuales sobresale que un paciente se puede reinfectar seis meses después de cursada la enfermedad y citó el término acuñado por epidemiólogos de ‘pandemia dentro de la pandemia’.
Dijo al Portal Montevideo que también hay que aprender qué pasa con los vacunados y en principio hay datos de Brasil que indican que la vacuna de Sinovac es eficiente y eficaz para la referida variante.
Al científico uruguayo le preocupa en especial la presencia en el fronterizo gigante suramericano de muchas enfermedades que son endémicas en algunas zonas como el dengue o chikungunya, ‘lo que puede pasar con este coronavirus’ si se deja de vacunar y actualizar las vacunas.
Comentó al respecto que la frontera seca con Brasil, es el talón de Aquiles de Uruguay y lamentablemente por el manejo político del presidente Jair Bolsonaro de negar el trabajo de la ciencia.
El reconocido investigador enfatizó en que los países ricos tendrán que facilitar la inmunización a los pobres, porque de lo contrario gastarán mucho dinero en hacer más vacunas, porque van a surgir más variantes virales.
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