El director general de la OIT Guy Ryder planteó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial que ante la falta de esfuerzos políticos concertados y exhaustivos existe el riesgo muy real de que el legado de la Covid-19 sea un agravamiento de las desigualdades y la injusticia social.
Ryder considera que la respuesta a la crisis sanitaria debe priorizar la creación de trabajo decente para una recuperación económica y social coherente centrada en las personas que, además, reforzará la resiliencia ante futuras coyunturas.
También, consideró el fortalecimiento de los sistemas de seguridad y salud en el trabajo, pues se estima que el enorme impacto humano de prácticas deficientes en la protección laboral ha tenido un costo económico equivalente al cuatro por ciento del Producto Interno Bruto anual a nivel mundial.
El alto funcionario de la OIT alertó, además, que el apoyo al crecimiento de las empresas y a la creación de empleo debe ser sostenible y centrado en la calidad de la labor, a través de medidas y políticas que abarquen a todos los trabajadores y entidades, incluida las de la economía informal.
También es necesario fortalecer las instituciones del trabajo, como la libertad sindical, una negociación colectiva más eficaz y otras formas de diálogo social, incluidos los salarios, puntualizó.
En su declaración ante el Comité para el Desarrollo y del Comité Monetario y Financiero Internacional, Ryder se refirió al cambio climático y la amenaza que representa para la estabilidad macroeconómica y los medios de subsistencia de millones de personas.
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