El reporte de la organización ambientalista en su novena edición (con datos de 2019) llama la atención que el desnivel en el manejo de los animales afectivos en las ciudades italianas ‘podría ser un buen indicador del caos administrativo del país, y de sus inmensas brechas entre áreas geográficas y entre municipios’.
La encuesta versó sobre los servicios para el manejo de las mascotas y la calidad de las relaciones de convivencia urbana con los animales salvajes y no salvajes.
Tema que, a juicio de Legambiente, amerita una urgente atención, ahora más que nunca, tras un año de pandemia, la cual agudizó ‘las penurias económicas de una parte de la población y, según se puede observar, quizás también la presencia de perros en nuestros hogares’.
Además, sugiere la conveniencia de trabajar en red entre organismos públicos y privados para compartir experiencias, así como propone fijar la meta de mil instalaciones veterinarias públicas que funcionen bien, incluyendo perreras, criaderos sanitarios y hospitales veterinarios.
En el panel de presentación del reporte, Giorgio Zampetti, gerente general de Legambiente, destacó que una esperada crisis económica y social pospandémica puede repercutir también en los millones de mascotas que viven en nuestros hogares y llenan espacios de relación muy importantes.
Sin ayuda concreta, existe el riesgo de decisiones dolorosas y un aumento de los abandonos, añadió y aseveró que ‘prevenir y acompañar esas dificultades, con iniciativas públicas y privadas generalizadas, será fundamental para garantizar el bienestar de las personas y los animales’.
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