Unas 24 horas después que los estudiantes marcharan por las principales calles de la capital para exigir su derecho a la educación, el ministro Josué Argenor Cadet dijo sorprenderse por la decisión de los maestros de iniciar una huelga para demandar una tarjeta de débito.
El paro llevó a cientos de alumnos a las calles la víspera, quienes también acusaron al Gobierno de financiar las bandas armadas y no la enseñanza, y denunciaron que no tener educadores no los eximía de rendir las pruebas estatales.
Es inconcebible que los profesores y agentes del Ministerio puedan negarse a prestar el servicio por el cual se les paga regularmente, con el pretexto de una tarjeta de débito que no es un derecho legal, afirmó Cadet en un comunicado.
También deploró que algunos individuos irrumpieron violentamente en las escuelas, obligando a estudiantes y al personal a abandonar el lugar, mientras destruían materiales de estudio.
‘Es inadmisible e intolerable que esta práctica bárbara y retrógrada siga afectando al funcionamiento de las escuelas haitianas y violando el derecho a la educación de nuestros niños’, afirmó.
A mediados de marzo, líderes sindicales en el gremio educativo amenazaron con ir a paro si el Gobierno no los proveía de tarjetas de débito, y no se solucionaba la problemática de la igualdad salarial para los empleados de oficinas departamentales.
‘Nos tratan como parientes pobres’, dijo entonces Marie Antoinette Médor, portavoz del sindicato, aunque reconoció que el proceso está en marcha.
En los últimos dos años, el sector se vio afectado por numerosos movimientos de protesta que, sumado a la crisis sociopolítica y sanitaria, pone en riesgo el desarrollo de la enseñanza en todos los niveles, advirtieron expertos.
La comunidad educativa, por su parte, critica al Gobierno por no cumplir sus demandas, algunas de las cuales incluyen el pago de salarios atrasados en ocasiones por años.
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