Durante el próximo lustro y utilizando sus propios recursos, el FIDA y el Banco Islámico de Desarrollo (BIsD) financiarán proyectos prioritarios en algunos de los 57 estados miembros que tienen en común, para lo cual fijaron una meta de cofinanciación de 500 millones de dólares a partes iguales.
‘Existe una larga trayectoria de colaboración y gracias al acuerdo contribuiremos a mejorar el acceso a los mercados y los servicios financieros rurales, aumentar la resiliencia al cambio climático y hacer uso de las nuevas tecnologías, afirmó el presidente del FIDA, Gilbert F. Houngbo.
Para el tiitular del BIsD, Bandar Hajjar, el convenio permitirá crear programas de financiación e inversión y aprovechar las nuevas oportunidades de la cadena de valor global, con el fin de aumentar la resiliencia y crear riqueza en un mundo posterior a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Covid-19, del 3 al 8 de octubre en Barbados.
La alianza se centrará en proyectos de desarrollo agrícola y rural, la prestación de apoyo a las agroempresas, la mejora del acceso a los mercados y los servicios financieros rurales, el agua para el desarrollo rural y la cooperación Sur-Sur y triangular.
El FIDA es un organismo financiero internacional y especializado de las Naciones Unidas dedicado a erradicar la pobreza rural en los países en desarrollo, y sus estadísticas recogen que ocho de cada 10 de las personas más pobres del mundo viven en los campos con la agricultura como su principal medio de vida.
Desde 1978 destinó 23 mil 200 millones dólares en donaciones y préstamos a bajo interés a proyectos en beneficio de alrededor de 518 millones de personas.
El BIsD es una institución multilateral de financiación al desarrollo, integrada por 57 estados, y tiene el mandato de promover el desarrollo social y económico tanto en las naciones miembros como en las comunidades musulmanas de todo el mundo.
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