El ministro de Relaciones Exteriores de este país euroasiático, Mevlut Cavusoglu; y su par heleno, Nikos Dendias, ofrecieron una rueda de prensa durante la cual, y pese al clima de confrontación, reafirmaron la importancia de reanudar las conversaciones y abogaron por la desescalada de las tensiones en la región.
Nuestros países están destinados a vivir juntos en la zona, con todos los problemas complejos que eso acarrea, comentó Dendias, según el diario griego Kathimerini.
Los avances no serán palpables a menos que disminuyan las ‘acciones incendiarias y los comentarios’, añadió el ministro griego, quien recordó lo que definió como ‘constantes violaciones’ por parte de Turquía del espacio aéreo de su país y del derecho del mar.
Alertó que las acciones turcas en el mar Egeo y el Mediterráneo oriental socavan sus aspiraciones para adherirse a la Unión Europea (UE) y enfatizó que esa actitud ‘no tiene cabida en el principio de buena vecindad’.
De su lado Cavusoglu habló sobre la situación de la minoría musulmana en la región de Tracia, que abarca territorios en Bulgaria, Grecia y Turquía, y acusó al Gobierno heleno de devolver a unos 18 mil migrantes que arribaron a sus costas.
Instó a formar comisiones para la restauración de monumentos otomanos en Grecia, asunto también áspero en las relaciones bilaterales, laceradas, además, por temas religiosos y culturales.
El canciller turco insistió en que las actividades del país en el mar Mediterráneo son ‘completamente legales’ y calificó de inaceptables las sanciones de la UE contra Ankara.
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