La televisora CGTN indicó que la Administración Estatal del Monopolio de Tabaco y el Ministerio de Industria enmendaron una ley relativa a las ventas en el sector para fiscalizar las operaciones de ese mercado emergente.
En opinión de analistas, la decisión ayudará a afrontar de forma estricta cuestiones de seguridad y calidad que pasaron desapercibidas mientras aumentaba el auge de los vaporizadores y muchas empresas solo buscaron lucrar sin importar los riesgos para la salud.
Según datos oficiales, la cantidad de compañías en China dedicadas al negocio pasaron de 45 mil en 2013 a caso 170 mil en 2020.
Aparte de las regulaciones comerciales, el Gobierno apoya una campaña contra el uso de los cigarrillos electrónicos con su inclusión en el programa oficial destinado a reducir el tabaquismo hacia 2030.
De esa manera promueve entre la población fumadora la idea de no recurrir a esos aparatos como alternativa mientras tratan de dejar el vicio, causante de enfermedades que dejan alrededor de un millón de muertes cada año.
Además, activistas y expertos nacionales llamaron a regular de forma estricta la publicidad, pues preocupa que son contrarias al programa nacional orientado a promover estilos saludables de vida.
Los entendidos criticaron a las empresas comercializadoras del producto por tratar de apropiarse del mercado mientras se intenta reducir el tabaquismo y alertan que así solo harán más difícil a las personas dejar el vicio.
En especial, fustigaron la difusión y hasta exageración de hipótesis no probadas sobre la supuesta ayuda a los fumadores y la seguridad de los vaporizadores frente al cigarrillo tradicional.
China es la principal productora de cigarrillos y también la mayor consumidora mundial, con 315 millones de fumadores que representan el 30 por ciento del planeta.
Distintas leyes implementadas desde 1994 permitieron eliminar todo tipo de publicidad donde se promocione el hábito y regularlo en lugares cerrados.
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