De acuerdo con sus propias palabras, el mandatario esperó opinar sobre el asunto hasta que el jurado estuviera deliberando, tras la presentación la víspera de los argumentos finales de la fiscalía y la defensa.
Estoy rezando para que el veredicto sea el correcto, aseguró Biden a reporteros en la Casa Blanca, y mencionó que ayer habló por teléfono con familiares de Floyd.
Manifestó que no puede imaginar la presión y la ansiedad que sienten esas personas, quienes, agregó, están pidiendo que haya paz y tranquilidad, sea cual sea la decisión del jurado.
Tal grupo, integrado por cinco hombres y siete mujeres, prosigue este martes el análisis del caso en su retiro, informó a medios locales de prensa un portavoz del Tribunal del condado de Hennepin, sede del enjuiciamiento a Chauvin.
Seis de los miembros del jurado son blancos, cuatro negros y dos multirraciales, y otros dos seleccionados inicialmente como suplentes fueron destituidos antes del inicio de los análisis.
Las deliberaciones comenzaron después de tres semanas de testimonios en los que la fiscalía presentó contra Chauvin 38 testigos que intentaron mostrar que el exuniformado cometió un asesinato cuando se arrodilló sobre el cuello y la espalda de Floyd el 25 de mayo de 2020.
Aquel proceder del entonces agente se produjo durante nueve minutos y 29 segundos mientras su víctima estaba esposada boca abajo en la calle y no podía respirar según expresó.
Para el abogado defensor Eric Nelson, la fiscalía no cumplió con los criterios de ‘más allá de una duda razonable’ en su esfuerzo por demostrar la culpabilidad del expolicía.
También cuestionó que Floyd muriera por falta de oxígeno, como testificaron varios galenos en el proceso, y la utilización de Chauvin de un nivel de fuerza irrazonable en violación de las instrucciones policiales.
Chauvin enfrenta tres cargos criminales por homicidio en diferentes grados, y si es declarado culpable podría recibir hasta 40 años de prisión, aunque al carecer de antecedentes penales la sentencia disminuiría de forma considerable.
Ante la cercanía del veredicto y por posibles manifestaciones, varias ciudades estadounidenses, incluidas la capital, pusieron en alerta a sus fuerzas del orden con el fin de evitar incidentes violentos, divulgaron informaciones periodísticas.
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