Es el tercer movimiento de este tipo en el mes, luego que profesores de escuelas fundamentales promovieran un paro similar en advertencia contra la inseguridad, y docentes de liceos iniciaran una huelga para demandar una tarjeta de débito.
El Sindicato de Inspectores pidió al Ministerio de Educación nombrar a empleados que durante años trabajan sin el reconocimiento oficial, el pago de salarios atrasados, ajuste de sueldos, revisión de seguros y distribución de tarjetas.
También reclamaron frenar la persecución contra el profesor Josué Mérilien y suspender los traslados que consideran ilegales de Georges Wilbert Franck y Magalie Georges.
En conferencia de prensa, sus representantes deploraron el deterioro de la inseguridad, aumento de los secuestros y asesinatos, y exigieron al gobierno frenar el clima de violencia.
Además de las escuelas públicas, la Iglesia Católica promueve desde miércoles un paro en todas sus instituciones no hospitalarias, entre ellas los centros de formación.
Los religiosos se movilizaron tras el secuestro de cinco sacerdotes, dos monjas y tres familiares, que casi dos semanas después están en manos de los perpetradores.
Medios locales reportaron que al menos tres personas fueron secuestradas la víspera en Puerto Príncipe, dos de ellos empleados de la Corte de Cuentas, lo que llevó a una protesta de trabajadores a las puertas de la entidad.
La ola de violencia que experimenta el país precipitó la renuncia del primer ministro Joseph Jouthe, quien en el último año prometió combatir el fenómeno, sin resultados concretos.
El canciller Claude Joseph asumió el cargo la semana pasada y reiteró las promesas, sin embargo los secuestros se dispararon en los últimos días.
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