Zhao Lijiang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, denunció que esos señalamientos son ‘mentiras infames y fabricadas por fuerzas internacionales’ opuestas al gigante asiático.
‘Reino Unido tiene suficientes problemas. Los legisladores británicos deben manejar sus propios asuntos y hacer más por sus electores’, remarcó, al reiterar el rechazo del Gobierno y todo el pueblo del país.
Aparte de la Cancillería, la embajada china en Londres también se pronunció en contra del texto, aprobado la víspera por la Cámara de los Comunes y que señaló la existencia de presunto genocidio en la región autónoma uigur de Xinjiang, con fuerte presencia de musulmanes.
En reiteradas ocasiones, las autoridades de Beijing denunciaron la politización por parte de Occidente de los derechos humanos en Xinjiang y aseguraron que los programas aplicados allí buscan frenar el terrorismo, el separatismo y la radicalización.
Asimismo, llamaron a la racionalidad, advirtieron que no admitirán chantajes ni injerencia en una cuestión de índole interna y si persiste la hostilidad se verán forzadas a contraatacar en defensa de su soberanía e intereses.
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