Según el más reciente boletín del Instituto de Sismología,Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala, el Pacaya regresó la víspera a sus parámetros normales tras una erupción de 78 días.
La actividad volcánica se concentra de nuevo en el cráter Mackenney y no se descartan columnas de desgasificación y algunas explosiones débiles y moderadas, precisó el ente científico, el cual continuará monitoreando la zona.
En el Parque Nacional, los visitantes deberán cumplir algunos lineamientos como no escalar ni acercarse al área donde estaban los flujos de lava por las altas temperaturas en algunos puntos y portar equipo de protección adecuado.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres sugirió a las autoridades del complejo establecer un radio de restricción de la zona afectada recientemente para evitar caminar sobre ella debido a su inestabilidad.
El Pacaya entró en fase eruptiva el 5 de febrero, en sus inicios con un comportamiento principalmente explosivo hasta mediados de marzo.
Esta actividad produjo caída de ceniza y material volcánico con afectaciones para las comunidades ubicadas en los flancos sur, oeste y norte del edificio volcánico.
Incluso, el capitalino aeropuerto internacional La Aurora se vio obligado a cancelar sus vuelos durante 24 horas por esta causa.
A partir del 20 de marzo apareció una fisura en el flanco suroeste, entre el cerro Chino y el cráter Mackenney, de la cual surgieron los flujos de lava que amenazaron con llegar hasta las viviendas de las comunidades El Patrocinio y El Rodeo.
El avance del magma cubrió hasta 3,8 kilómetros aproximadamente con pérdidas importantes en cosechas de frijol y maiz, así como de vegetación en la zona.
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