Con el permiso para que los bañistas frecuenten las playas, también se permitió el trabajo de los vendedores ambulantes durante la semana.
Las autoridades decretaron esta nueva fase después de una estabilización de la pandemia en la división territorial y una leve caída de la curva epidemiológica en el país.
Pese a que abril se registró con el mes más letal de la emergencia sanitaria, la cifra de contagios por la Covid-19 disminuyó por tercera semana consecutiva y el de pérdidas de vida por segunda.
Aun con este periodo, sigue vigente el toque de queda entre las 23:00 y 05:00 hora local del siguiente día, así como la prohibición de realizar eventos en lugares públicos y privados.
De igual manera seguirán cerradas discotecas y salas de fiesta de Río.
Medio televisivos mostraron imágenes que, aún con las inspecciones de la Secretaría Municipal de Orden Público, se registraron en la madrugada del sábado aglomeraciones en bares y restaurantes de barrios de las zonas norte y sur.
El gobierno estadual advirtió que, si la población no respeta las medidas de flexibilización, puede volver y regresar con restricciones más severas.
Centenares de personas abarrotaron el fin de semana las icónicas playas de la ciudad, como Ipanema y Copacabana, pese a las medidas de las autoridades para contener la enfermedad.
Además de las playas y parques, Río abrió desde este lunes la visita a cascadas.
El presidente Jair Bolsonaro, quien minimiza repetidamente la pandemia, es blanco de críticas por su gestión de la crisis sanitaria.
Una Comisión Parlamentaria de Investigación comenzará a analizar desde mañana las supuestas negligencias de su gobierno ante el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
Hasta la fecha, Brasil acumula 390 mil 797 muertes y 14 millones 340 mil 787 infectados por el virus.
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