Con una granja en la aldea de Yangija, al sur de la ciudad de Kirkuk, Shukir esquivó la falta de lluvia, pero vio perder la mayoría de sus cultivos por aves que variaron sus hábitos alimentarios.
‘Como se puede ver, los gorriones se comieron toda la cosecha’, indicó el agricultor a la agencia noticiosa Rudaw.
La escasez del vital líquido obligó a muchos labriegos a abandonar los cultivos, mientras la fauna del lugar busca a como dé lugar satisfacer la hambruna.
‘Hay una sequía este año, que ha dañado gran parte de nuestra tierra’, indicó también el granjero Edris Othman.
El Ministerio de Agricultura analiza informes sobe la magnitud de los daños en las tierras cultivables en Iraq, no muy abundantes por ser un país, cuyas tres cuartas partes son desierto.
Como consecuencia de incendios, inundaciones repentinas y otros desastres, sumados los ataques de aves y otros depredadores, se anticipa escasez de productos agrícolas para la temporada, precisó el jefe del Departamento de Agricultura en Kirkuk, Zuhair Ali.
En un informe de la ONU, apunta que Iraq es el quinto país más vulnerable a los efectos del cambio climático, incluida la inseguridad alimentaria y del agua.
A ello se agregan los años de conflictos armados, crisis política y económica que lo convierten en uno de los menos preparados para enfrentar emergencias de cualquier tipo.
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