El también llamado Plan de Recuperación, entregado la víspera a la Comisión Europea, recoge las reformas que Italia debe emprender hasta 2026 para sacar a la economía de la crisis provocada por la pandemia y para ello cuenta con 248 mil millones de euros, gran parte procede del Fondo Europeo de Recuperación.
Legambiente, WWF Italia, Greenpeace, Kyoto Club y Transport & Medio ambiente coinciden que respecto al clima el plan es una gran oportunidad imperdible, pero ‘corremos el riesgo de desperdiciarla’.
El plan elaborado por el gobierno es un buen trabajo, pero ‘no es del todo coherente con las políticas europeas inspiradas en el Pacto Verde y la transición ecológica y tampoco se adecua a los ambiciosos retos que impone la salud del planeta, a juicio de Legambiente.
A su modo de ver, tal como publicó en su página legambiente.it, ‘el PNRR no es, de hecho, adecuado para el desafío lanzado con el reciente acuerdo sobre la ley climática aprobado por Europa.
Señaló, como ejemplo, que la actualización del Plan de Energía y Clima prevé un recorte del 51 por ciento de las emisiones para 2030 respecto a 1990, ‘inferior al ya inadecuado objetivo del 55 por ciento establecido en Europa’.
Comentó al respecto que Italia ‘tendría todas las credenciales para alcanzar su reducción en al menos al menos un 65 por ciento si acelera la transición energética invirtiendo más en renovables y en eficiencia.
En los objetivos de reducir las emisiones de CO2 del transporte los ecologistas apuntaron que el plan pierde por completo el propósito de la movilidad eléctrica, crucial para la descarbonización del sector.
Compararon que Italia dedica a ese objetivo menos del uno por ciento de los fondos, frente al 25 y 10 por ciento en Alemania y España, respectivamente.
Greenpeace Italia reconoció esfuerzos, pero el tratamiento de la emergencia climática es menos favorable; faltan indicaciones claras sobre el desarrollo de las renovables, mientras es mínimo lo dedicado a la movilidad sostenible y la defensa de la biodiversidad.
Por su parte WWF solicitó al gobierno utilizar una parte de los fondos complementarios para intentar superar algunos límites e integrar y potenciar los contenidos del Plan en la revolución verde y la transición ecológica.
Desde su sitio web Transport&Environment acogió aspectos en los cuales las ambientalistas coinciden respecto al Plan –destacados por la revista digital Alternativa Sostenible- como la falta de gobernanza que relacione las medidas con los objetivos climáticos, en términos de gasto, impacto y seguimiento.
Igual consideró carece de propuesta de reforma tributaria que asegure eliminar los subsidios ambientalmente dañinos a los combustibles fósiles.
Al mismo tiempo debe identificar los principios de la tributación ambiental como los pilares para que la reforma tributaria se incluya en la ley habilitante prevista para julio.
Acotó, asimismo, la ausencia de una propuesta de financiamiento verde como palanca para el desarrollo del país, vinculada a los recursos del PNRR que incluya transparencia, reporte y la adopción de una lista de exclusión para el financiamiento de infraestructuras para todas las fuentes fósiles.
Entre otros aspectos Legambiente defendió que las inversiones deben estar enfocadas en la investigación de nuevos materiales, la infraestructura del país con plantas industriales para la recuperación de residuos de origen doméstico y productivo, entre otros.
Stefano Ciafani, presidente de Legambiente, explicó que Europa pide a Italia poner en marcha las reformas esenciales para superar problemas crónicos, ‘se habla mucho de las simplificaciones necesarias para la transición ecológica, pero aún no está claro cuáles serán’.
Para ese ente las próximas semanas deben ser de ‘debate y discusión abierta’, casi ausente hasta ahora, que permita enrumbar el plan porque ‘de ninguna manera podemos permitirnos perder esta extraordinaria oportunidad de hacer de Italia un país verdaderamente más verde, innovador e inclusivo’.
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