Tal escenario empeora desde el comienzo del mes sagrado del Ramadán, indicó en un comunicado y llamó a las fuerza de ocupación de Israel a ejercer la máxima moderación y utilizar la fuerza letal solo cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida.
Los actores de sucesos violentos y ataques deben rendir cuentas y ser llevados ante la justicia sin demora, subrayó el diplomático noruego.
Wennesland recalcó que los recientes acontecimientos relacionados con el desalojo de familias de refugiados palestinos en Sheikh Jarrah y otros barrios en Jerusalén Oriental resultan igualmente muy alarmantes.
Ante este escenario, instó a Israel a poner fin a las demoliciones y a los desalojos, de conformidad con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario.
Países como Rusia, Irán y Siria han manifestado también gran inquietud por la agudización de tensiones en esa zona.
Según denunció la cancillería siria, desde el comienzo del mes sagrado del Ramadán, las fuerzas sionistas intensificaron sus ataques en territorio palestino para impedir que los fieles llegaran a las explanadas de la sagrada mezquita Al-Aqsa y efectuar sus rituales religiosos.
De acuerdo con la nota, los militares israelíes transformaron las inmediaciones de Al-Aqsa y la ciudad vieja de Jerusalén en un cuartel militar, al incrementar los puestos de control con el fin de obstaculizar la llegada de palestinos a la mezquita.
Las fuerzas de ocupación de Tel Aviv apoyaron también a decenas de colonos y grupos de la extrema derecha en sus acciones hostiles contra los jóvenes palestinos con el objetivo de interrumpir sus rezos y oraciones, remarcó la declaración.
Asimismo, Damasco reafirmó que esa nueva escalada demuestra la política del ocupante encaminada a cambiar la situación legal e histórica en Al-Aqsa y continuar su plan de judaizar a Jerusalén y terminar con la presencia árabe palestina en la misma.
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