Por medio de su cuenta oficial en Twitter, la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Henrietta Fore, señaló que ese es un llamado a la acción urgente y colectiva para combatir la inseguridad alimentaria y la desnutrición infantil.
Además, la diplomática estadounidense compartió un enlace con sus comentarios sobre el más reciente reporte de la Red mundial contra las crisis alimentarias.
Esta alianza internacional de las Naciones Unidas, la Unión Europea y otros organismos advirtió que la inseguridad alimentaria aguda aumenta de forma incesante desde 2017, año en el que publicaron su primer informe.
Según recalcó Fore, el panorama descrito en ese documento resulta profundamente preocupante, pues la pandemia ha empeorado una situación nutricional ya frágil.
Ahora, mientras el mundo lidia con la Covid-19, debe mantenerse el foco en la escala y la magnitud de las muchas crisis que continúan afectando a los niños, las mujeres, sus familias y comunidades, señaló.
La directora ejecutiva de Unicef recordó que antes de la pandemia, uno de cada tres niños en el mundo ya no crecía adecuadamente debido a la desnutrición.
A pesar de los avances a lo largo de los años, 149 millones de menores todavía padecen retraso en el crecimiento, 45 millones tienen emaciación (adelgazamiento patológico) y al menos 340 millones enfrentan deficiencias de vitaminas y minerales, detalló.
‘Para los niños que viven en los 55 países que experimentan una crisis alimentaria, la situación es especialmente grave.’
La pandemia profundizó la crisis alimentaria al alterar las dietas, los servicios y las prácticas que protegen a los niños y sus familias de la desnutrición, lamentó la alta funcionaria de Unicef.
Al respecto, insistió en la necesidad de un mayor trabajo de prevención y la urgencia de fortalecer los sistemas de protección de los niños y priorizar a los más vulnerables.
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