‘Precisamos perfeccionar este pacto creando una especie de protocolo adicional, un compromiso de Mercosur y de la Unión Europea, recíproco, con el Acuerdo de París, con el acuerdo de la convención para la protección de la biodiversidad y también con compromisos en materia de deforestación’, afirmó González Laya tras reunirse aquí con su homólogo brasileño, Carlos Alberto França.
Consideró que existe ‘un deseo y una voluntad por ambas partes (Europa y Mercosur) de precisar este compromiso, de profundizar la parte de sostenibilidad en los próximos meses, de manera que podamos avanzar en ese proceso de aprobación’.
En 1999, la UE y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) iniciaron negociaciones para un acuerdo de libre comercio, pero estas se paralizaron en asuntos como el acceso al mercado europeo y la protección de las indicaciones geográficas.
Sin embargo, en junio de 2019 las partes firmaron un pacto, pero aún se espera su ratificación para que entre en vigor.
Tal proceso de revalidación parece estancado por el aumento de los incendios y la deforestación en la Amazonia desde la llegada al poder de Jair Bolsonaro en enero de 2019.
Por lo visto, la deforestación de la Amazonia es un problema innegociable para los gobiernos de Francia y Alemania, dispuestos a no ratificar el documento.
No obstante, Bolsonaro sigue empecinado en declarar que Brasil es el país que ‘más preserva’ el medio ambiente en todo el mundo.
En la Cumbre de Líderes del Clima, auspiciada por Estados Unidos, el exmilitar se comprometió en abril a ‘eliminar la deforestación ilegal de Brasil en 2030’, 10 años antes de lo previsto.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales informó este viernes que un total de 580,55 kilómetros de bosque se registraron destruidos en la Amazonia brasileña el pasado mes, récord para esa etapa y mayor área devastada en los últimos seis años.
Tal cifra revela que hubo un aumento del 43 por ciento de la aniquilación en comparación con abril de 2020. Una marca anterior para el mes se notificó en 2018, con 490 kilómetros de selva deforestados.
En marzo fueron arrasados 367,6 kilómetros de floresta, un espacio 12,6 por ciento mayor que el arruinado en el mismo periodo de 2020.
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