Jerusalén este sigue siendo parte del territorio palestino ocupado, en el cual se aplica el derecho internacional humanitario, subrayó en rueda de prensa el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Rupert Colville.
El funcionario añadió que la potencia ocupante ‘no puede confiscar propiedad privada en un territorio ocupado’ y ‘menos aun transferirla a civiles’, como es el caso.
El clima en la zona este de Jerusalén, Al Quds para los musulmanes, es de creciente tensión por las demoliciones de viviendas de la población árabe y las invasiones por pobladores de los asentamientos israelíes a lugares sacros islámicos causantes de violentas protestas de la población autóctona.
Casi dos decenas de palestinos fueron detenidos este viernes por participar en manifestaciones contra la ocupación y anexión de Jerusalén, proclamada por la Kneset (parlamento unicameral israelí) en 1980 y considerada ilegal, salvo contadas excepciones, por la inmensa mayoría de la comunidad internacional y la ONU.
Más temprano hoy la Presidencia de Palestina alabó la declaración emitida horas atrás por la Unión Europea, que urge a Israel a detener los planes de expandir sus asentamientos coloniales en la Cisjordania ocupada.
En una declaración de prensa el bloque recuerda que a tenor con la ley internacional los asentamientos son ilegales, al igual que el desalojo forzado de palestinos de Jerusalén este, y subraya que ambas políticas ‘amenazan las posibilidades de un arreglo pacífico del conflicto palestino-israelí’.
Desde junio de 1967 Israel ocupó Jerusalén este, asiento de uno de los tres lugares más sagrados del Islam, Cisjordania y la franja de Gaza, este último territorio bloqueado por aire, mar y tierra hace una década y convertido en un gigantesco campo de concentración para sus casi dos millones de habitantes.
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