Kiir Mayardit anunció anoche por la televisión pública la decisión de disolver el Legislativo que funcionó hasta ahora, pero sin dar una fecha sobre cuándo comenzará a funcionar la estructura que le sucederá.
Según activistas políticos y grupos de la sociedad civil esa opción debió tomarse hace mucho tiempo.
‘Que no tome semanas o meses’, declaró a la prensa Edmund Yakani, de un grupo de la sociedad civil que firmó el acuerdo de paz, y sugirió que: ‘Si es posible, el presidente debería nombrar el nuevo Parlamento antes del lunes’.
El pacto de paz firmado hace tres años determinó que casi una cuarta parte de los parlamentarios provendrían del partido de Riek Machar, exjefe de la oposición armada y hoy primer vicepresidente sursudanés.
Se prevé que la mayoría de los 550 legisladores serán del gobernante Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM según siglas en inglés) y los diputados no serán electos, sino nominados por los partidos para ocupar los respectivos escaños.
El conflicto desatado en este país en 2013 causó alrededor de 380 mil muertos y varios millones de desplazados, todo lo cual generó una de las peores crisis humanitarias de África.
No obstante, críticos de la realidad política sursudanesa opinan que las promesas contenidas en el acuerdo de 2018 se cumplen con lentitud, como la integración del nuevo legislativo y de un Ejército único, el cual deberá incluir a los antiguos rebeldes.
Hace más de un año que se instauró el gobierno de unidad, pero se teme que los conflictos entre comunidades deriven hacia un conflicto a gran escala en Sudán del Sur, lo cual arriesgue la estabilidad nacional y el proceso de distensión.
ale/mt