Un nutrido contingente de agentes israelíes invadió el reciente del templo, localizado en Jerusalén este, uno de los tres lugares más sagrados del Islam, y atacó con balas recubiertas de goma a los fieles que oraban, según testigos citados por la agencia noticiosa WAFA.
La violación de la mezquita de Al Aqsa es un crimen de los ocupantes y la dirección palestina examina todas las opciones para responder a este odiosa agresión, anunció el titular, también integrante del Comité Central de Al Fatah, la más numerosa organización de la resistencia palestina.
Añadió que la Autoridad Nacional Palestina ‘examina todas las opciones para responder a la agresión’, parte de la represión de las fuerzas israelíes contra la población autóctona que protesta por los desalojos forzosos de residentes en el distrito de Sheikh Jarra, en Jerusalén este, Al Quds para los musulmanes.
En tanto, portavoces de la Media Luna Roja, equivalente musulmán de la Cruz Roja, revelaron que los agentes de la potencia ocupante impidieron el acceso al complejo de la mezquita de sus paramédicos enviados a atender a los heridos.
A fines de la semana pasada la ONU pidió a Israel el ‘cese inmediato’ de las expulsiones forzadas de palestinos de Jerusalén oriental y advirtió que estas podrían considerarse crímenes de guerra según las convenciones internacionales vigentes.
En ese contexto, la Unión Europea instó al gobierno israelí de detener los planes de expandir sus asentamientos coloniales en la Cisjordania ocupada y Jerusalén este al igual que la expulsión forzada de la población autóctona que calificó de ilegales a tenor con la ley internacional.
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