Italia es el principal productor de la Unión Europea de ese importante fruto en la mesa nacional, con casi 30 mil hectáreas cultivadas ubicadas, un 62 por ciento en Apulia, seguida de Campania, Emilia-Romaña, Véneto y Lacio.
El fuerte descenso de las temperaturas incluso con la llegada de las heladas a las llanuras, comprometió la producción de cerezos, albaricoqueros, melocotoneros y almendros; efectos de la repentina ola de frío que dispararon la alerta de la protección civil en muchas regiones a inicio de abril cuando los frutos estaban en flor.
El golpe invernal al inicio de la primavera golpeó a Italia tras un largo período de altas temperaturas que favoreció el despertar de la vegetación que luego sufrió nuevamente el frío, descenso por debajo de cero de la columna de mercurio durante mucho tiempo que provocó grandes pérdidas en la producción futura de frutas y hortalizas.
La cosecha de cerezas registrada con la marca ‘Made in Italy’ por su calidad alcanza cada año una producción nacional de unos 80 millones de kilos, pero en esta temporada está gravemente comprometida.
Los daños a las frutas en general, según la más importante confederación de agricultores en Italia, están cerca de los mil millones de euros y afectan desde los melocotones hasta albaricoques y cerezas, pero también en peras y kiwis.
Coldiretti solicitó intervenciones urgentes para apoyar a las empresas agrícolas que perdieron todo un año de trabajo, como también para fortalecer los controles de importación y evitar que productos foráneos se conviertan ‘mágicamente en italianos’.
En tal sentido pidió apoyar el consumo de fruta italiana y prestar atención a las etiquetas de origen de los productos obligatorias por ley.
Auguró igualmente que en los próximos tres meses será posible consumir cerezas locales con la cosecha en Apulia, luego en Vignola, Véneto y a finales de julio en los valles de Trentino Alto Adige.
A las cerezas se le atribuyen propiedades antienvejecimiento por su contenido de flavonoides (polifenoles), sustancias antioxidantes que contrarrestan los radicales libres y ralentizan el proceso de envejecimiento celular.
Son además una de las frutas con menos calorías, ricas en vitamina A, vitamina C y vitaminas del grupo B; fuente de sales minerales, como hierro, calcio, magnesio, potasio y azufre; así como cobre, zinc, manganeso y cobalto, entre otras sustancias beneficiosas como la melatonina, hormona que favorece el sueño en condiciones lo más fisiológicas posibles.
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