La información de esa entidad corroboró los vaticinios sobre la tendencia decreciente en el índice de neonatos respecto a 2019, cuando nacieron 14,65 millones.
Antes en 2018 vinieron al mundo 15,23 millones de bebés, mientras en 2017 la cifra fue de 17,2 millones y se ubicó en 17, 86 millones durante 2016, el año en que cesó la política sobre el hijo único.
Según el reciente censo nacional, China es aún el país más poblado del mundo con 1 411,78 millones de habitantes, pero la expansión en la última década fue lenta y solo acercó más el declive demográfico, que podría comenzar en 2022.
A juicio de analistas, el país cruzó la línea roja en el tema demográfico y de seguir la tendencia actual en dos o tres años India lo reemplazaría en mayor cantidad de individuos.
Advierten sobre la caída anual a menos de 10 millones de recién nacidos en un futuro cercano y hasta el registro de la menor tasa de fecundidad a escala global, si no se toman políticas más contundentes al respecto.
El gigante asiático es hogar de 264,02 millones de individuos mayores de 60 años y, al igual que muchos países del mundo, tiene ante sí el reto de buscar alternativas urgentes para enfrentar el creciente envejecimiento de los habitantes.
Ese sector representa el 18,7 por ciento de la ciudadanía y los pronósticos auguran que aumentará a 34,9 por ciento en 2050, cuando habrá 487 millones de ancianos.
Mientras, el segmento en edad laboral (de 16 a 59) se sitúa en 880 millones de personas y la proporción entre géneros es de 105,07 hombres por cada 100 mujeres.
Estudios oficiales revelan una reducción en el número de parejas dispuestas a tener un segundo bebé, pese al fin de la política sobre el hijo único, iniciativas como más acceso a servicios de cuidado y educación infantil, y las campañas sobre la necesidad de incrementar los partos.
De manera colateral, creció hasta los 200 millones el número de solteros y gran parte de los jóvenes no tiene interés en las nupcias por las presiones sociales y laborales.
Los pronósticos apuntan también a una disminución hasta 40 millones de las mujeres en edad fértil (de 20 a 39 años) a lo largo de la próxima década.
Expertos enfatizan en el impacto negativo en la economía y la seguridad social del fenómeno, mientras el Estado se dispone a dar solución a problemas citados por los matrimonios chinos en su negativa a ampliar la prole.
Por lo general, mencionan los altos costos que implican mantener a un bebé, el precio de las viviendas, la poca disponibilidad de guarderías y la educación.
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