Para el PT, algunas conductas de la administración federal violan el principio de no intervención y la búsqueda de la integración económica, política, social y cultural de los pueblos de América Latina.
La ministra Cármen Lúcia, del STF, será la ponente de la llamada acción por violación del precepto fundamental contra actos de hostilidad, aún sin fecha para ser juzgada.
En el recurso, la organización política afirma que la gestión del Ejecutivo de Bolsonaro desde que asumió el poder en enero de 2019 fue cambiando las tradiciones diplomáticas nacionales, al poner al país en rumbo de colisión con otras naciones a partir de un alineamiento automático con Estados Unidos.
Según el partido, uno de los ejemplos más evidentes fue el reconocimiento del autodenominado presidente Juan Guaidó en Venezuela, a pesar de que Nicolás Maduro ganó las elecciones internas en ese país.
Desde entonces, prosigue el PT, ocurrieron numerosos incidentes diplomáticos contra representantes de la nación venezolana en territorio brasileño.
Por ejemplo, la declaración de los miembros de la legación diplomática de Venezuela como personas non gratas, con la orden de su salida inmediata de territorio nacional en medio de la pandemia de Covid-19.
Más recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores señaló el descrédito de los funcionarios venezolanos y solicitó que la Policía Federal los investigue por cometer falsedad ideológica en la práctica de actos consulares.
El PT alega que tales acciones representan actos inconstitucionales del Gobierno federal, en particular por violar el artículo cuarto de la Constitución.
Tal apartado establece el principio de no intervención en los asuntos internos de otras naciones, lo cual significa la imposibilidad de no reconocer a funcionarios diplomáticos de otros países por estar en desacuerdo con la orientación del gobierno electo.
En marzo, en una nota firmada por la presidenta del PT, Gleisi Hoffman, el partido repudió la última actitud del gobierno brasileño contra Venezuela al expulsar a todo el personal diplomático, sin cumplirse aún en la práctica.
De acuerdo con el texto, el Palacio de Itamaraty (sede de la cancillería) tiene uno de los historiales más respetados dentro del servicio diplomático mundial.
‘Sin embargo, esta tradición ha sido constantemente incumplida por el actual gobierno, lo que supone una vez más una vergüenza mundial para nuestro país’, agrega.
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