Medios de prensa reflejaron aquí opiniones de expertos, proyectos del gobierno y la participación en el evento del presidente angolano, João Lourenço, quien aprovechó su estancia en París para sostener ayer encuentros con líderes africanos y empresarios franceses.
En declaraciones al diario Jornal de Angola, el politólogo Osvaldo Isata consideró que la Cumbre África-Francia representa una gran oportunidad para discutir preocupaciones políticas y diplomáticas e incentivar la cooperación internacional frente a desafíos comunes inherentes a la globalización.
A juicio del académico, el continente africano necesita transformar su histórica inserción en la economía mundial, para dejar de ser un mero proveedor de materias primas básicas.
Es de esperar que el foro en París debata, con carácter de urgencia, el asunto de la deuda, teniendo en cuenta que los efectos de la pandemia de la Covid-19 podrían colocar un ‘jaque mate’ a los patrones de pago.
La cita de alto nivel en la capital francesa examinará cuestiones como el endeudamiento de los países africanos, la inversión privada, la construcción de infraestructura y las reformas económicas en curso, distinguió la agencia angoleña de prensa (Angop).
De 2006 a 2019, la deuda con acreedores externos pasó de 100 mil millones de dólares a 309 mil millones, según avalan datos oficiales, pero la tendencia podría seguir en aumento debido a los efectivos recesivos de la Covid-19 sobre gran parte del continente.
Estimaciones de organizaciones internacionales indican que solamente el déficit de financiación de África subsahariana podría alcanzar casi los 300 mil millones de dólares en 2023.
En opinión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), uno de los principales factores que impiden la transformación productiva y el desarrollo del continente es el déficit de inversión en infraestructura, estimado entre 107 y 140 mil millones de euros al año.
La mala logística resultante reduce la productividad a nivel de empresa hasta en un 40 por ciento, por debajo de la competencia global y asfixia la capacidad para generar empleos de calidad, indicó la víspera la OCDE.
Al decir del organismo, los proyectos de infraestructura proporcionan importantes beneficios de desarrollo, siempre que se implementen las políticas adecuadas, como la garantía de los servicios sociales básicos.
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