Denominado A-76, dicho fragmento está considerado actualmente el más grande del planeta, después del recientemente desaparecido A-68, que medía seis mil kilómetros cuadrados y se desgajó del frente de hielo Larsen en la Península Antártica en 2017.
El desprendimiento de A-76 fue captado por la misión Copernicus Sentinel-1 de la ESA, la cual consta de dos satélites en órbita polar y se basan en imágenes de radar de apertura sintética de banda C, que devuelven datos independientemente de si es de día o de noche. Ello permite ver regiones remotas como la Antártida durante todo el año.
Dicho hecho fue detectado por el British Antarctic Survey y confirmado por el Centro Nacional de Hielo de Estados Unidos.
A-76 mide alrededor de 170 kilómetros de largo y 25 kilómetros de ancho, un poco más grande que la isla de Mallorca. Lo secunda en tamaño el A-32A con aproximadamente tres mil 880 kilómetros cuadrados, ubicado igualmente en el mar de Weddell.
El nombre de los icebergs se determina tradicionalmente a partir del cuadrante antártico en el que fueron avistados originalmente, luego un número secuencial, y si se rompe, le añaden una letra.
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