El presidente Luis Arce en diversas plataformas enfatizó la necesidad de liberar dichas patentes para frenar la pandemia y alcanzar lo antes posible al menos el 70 por ciento de inmunizados a nivel global, en su opinión la única manera controlar la Covid-19, que ya quitó la vida a más de tres millones de personas.
De acuerdo con un artículo de la agencia boliviana, la propuesta de liberar patentes tiene que ver con la suspensión de articulados de reglamentos de la Organización Mundial del Comercio (por lo menos temporalmente).
Ello ocasionaría que países y empresas no participantes en la investigación para las vacunas puedan producirlas sin que esto implique compensaciones de ningún tipo para inversores e investigadores.
Por otro lado, detalló el análisis, el único esfuerzo mancomunado mundial para que las vacunas lleguen a más personas, conocido como mecanismo Covax, ha distribuido casi 50 millones de inmunizantes en unos 120 países.
Dicha tarea está muy lejos de la programación realizada para 2021, la cual planteaba distribuir dos mil millones de fármacos, principalmente en países con dificultades económicas.
En esta línea, el diputado Antoni Comín i Oliveres, miembro de la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo, afirmó contundentemente que de los 14 mil millones de euros que costó la investigación del antídoto antiCovid-19, ocho mil millones provienen de arcas públicas, de impuestos pagados por contribuyentes.
Estos datos dejan claro que las inversiones fueron generadas por gobiernos, en buena parte, y no por privados únicamente y, a su vez, implica que las vacunas tienen como inversores a los habitantes de muchos países, lo cual la convierte en un bien prácticamente público, según el legislador. citado por ABI.
Por otra parte, el pasado 5 de mayo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció su intención de suspender las patentes de las vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2, lo cual generó reacciones financieras en la bolsa de valores, acotó el análisis de ABI.
Estas repercutieron específicamente en las acciones de las principales farmacéuticas que están detrás de las investigaciones del inmunizante, pues algunas de estas retrocedieron en sus porcentajes.
Según el análisis, la disyuntiva para el planeta está dada con los intereses de emporios empresariales que salvaguardan sus beneficios económicos por un lado, y del otro la necesidad de empezar una cruzada por la vida de sus habitantes.
Esta cruzada comprendería la vacuna no solo como una mercancía, sino como una oportunidad para brindar un ejemplo para las generaciones venideras, mostrando un momento en el que se pudo llegar a un acuerdo para ubicar, por encima de cualquier interés, la supervivencia humana.
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