El tema cobra interés tras la baja asistencia a las megaelecciones del 15 y 16 de mayo, en las cuales, a pesar del interés que despertaba la creación de la convención que redactará nueva constitución, solo acudió a las urnas poco más del 43 por ciento del padrón electoral.
Esteban Velázquez, diputado de la opositora Federación Regionalista Verde Social, y promotor de la iniciativa, que presentó en 2020, cuando fue rechaza por bajo quórum, consideró que el país ‘está en condiciones distintas de participación ciudadana y este instrumento debe operar nuevamente’.
Recordó que el plebiscito de salida para la aprobación de la nueva constitución cuando esté lista, tendrá carácter obligatorio, y consideró oportuno extender esa práctica a otras votaciones.
Según dijo, los ciudadanos deben ser conscientes que, de la misma manera en que es obligatorio el pago de impuestos, ‘también nos parece que el voto obligatorio hoy día va a traer mucho más fortalecimiento del sistema democrático’.
Asimismo dijo esperar que la derecha esta vez se sume a lo que la Federación Regionalista instaló como proyecto de ley, y no lo vete por orden del Ejecutivo como la vez anterior’, concluyó.
Por su parte, la diputada Andrea Parra, del centrista Partido Por la Democracia, señaló que la propuesta parece tener una nueva oportunidad, pues el escenario de los comicios
‘ha hecho pensar y repensar la democracia que estamos viviendo’.
La legisladora dijo a Radio Cooperativa que ‘cuando se votó el pasado año, se recibieron llamados desde La Moneda alineando a Chile Vamos (coalición oficialista) para que se rechazara’, pero esas condiciones cambiaron.
No obstante, el presidente de la Cámara Baja, Diego Paulsen, del derechista partido Renovación Nacional, expresó su desacuerdo con esta reforma.
El diputado alegó que ‘no podemos obligar a los ciudadanos a participar de una elección cuando no se sienten representados por nadie’, y consideró que el desafío es de los políticos es ‘poder sintonizar con la gente’.
mem/rc