Tanto el expremier Salomón Lerner como la secretaria de Relaciones Internacionales del Movimiento Nuevo Perú (NP), Anahí Durand, coincidieron en señalar el contraste entre el rechazo oficial a declaraciones de exgobernantes progresistas sobre el proceso electoral peruano y la permisividad a la intervención de López.
Lerner señaló que el activismo del personaje es una abierta intervención en los asuntos internos de Perú.
Deploró el hecho que la Cancillería de Perú haya reaccionando contra la intervención de extranjeros en la campaña electoral peruana cuando líderes progresistas como el boliviano Evo Morales y el uruguayo José Mujica, pero nada dice sobre el caso López.
‘Es una situación lamentable para la democracia peruana’, añadió el exprimer ministro, al señalar que la injerencia de López es parte de una campaña que busca atemorizar al electorado con el supuesto de que un gobierno izquierdista puede derivar en crisis como la venezolana, cuando las realidades de los dos países son distintas.
Por su parte, Anahí Durand señaló que es clara la intromisión de la oposición radical venezolana e favor de la candidata Fujimori, expresada hasta en la participación aquí de elementos de ese sector en marchas a favor de la candidata neoliberal.
Condenó la prédica tácita de López a favor de Fujimori y el abierto proselitismo similar de elementos como el exsindicalista Carlos Ortega, radicado en Perú, y de sus afines Corina Machado y el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, en entrevistas con medios de prensa peruanos alineados con la candidata neoliberal.
Durand criticó a la Cancillería por permitir esa intromisión directa en asuntos internos peruanos y porque, además, solucionó el problema migratorio de López, al autorizar su ingreso pese a que carecía de pasaporte venezolano y visa de ingreso, sino un documento español que no calificaba para su entrada.
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