El mandatario viajó a esa ciudad para reunirse con los sobrevivientes de la masacre ocurrida allí hace 100 años, cuando una turba de hombres blancos incendió y saqueó por completo la barriada de Greenwood, uno de los asentamientos afroamericanos más prósperos de aquel entonces.
En su intervención, Biden se refirió al oscuro legado del racismo violento y la supremacía blanca en Estados Unidos. ‘Simplemente no podemos enterrar el dolor y el trauma para siempre’, expresó el jefe de la Casa Blanca.
Las medidas anunciadas este martes están encaminadas a otorgar ayuda económica para los afroamericanos, a quienes le facilitarán la adquisición de viviendas o la creación de sus propios negocios.
A pesar del tiempo, el porcentaje de estadounidenses negros propietarios de viviendas es más bajo que hace 50 años, eso está mal y estamos comprometidos a cambiarlo, comentó el gobernante.
Además, dijo que aumentará en un 50 por ciento los contratos federales con pequeñas empresas cuyos propietarios estén en una situación de desventaja, lo que se traduce en 100 mil millones de dólares adicionales para este fin a lo largo de cinco años.
De igual forma, el mandatario apuntó que entre los desafíos de los afroamericanos se encuentran las amenazas al derecho al voto, mientras varios estados debaten y aprueban leyes que, según los expertos, harán más difícil para las minorías en particular emitir el sufragio.
En su visita a Tulsa, Biden promocionó también una parte de su publicitado programa de inversiones en infraestructura, para el que prevé erogar casi dos billones de dólares en carreteras, puentes y otras obras clave en la economía del país.
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