Después de llevar tiempo con ese reclamo unió su voz a la de miembros de la comunidad científica partidaria de que el gobierno reduzca la circulación del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
Grecco comentó en redes sociales ‘cómo será el nivel de transmisión comunitaria, que con las herramientas que tenemos, no la hemos podido frenar’ y preocupa que ‘el sistema de salud está en una tensión muy fuerte, con los recursos humanos agotados y con la cantidad de personas que fallecen por día’.
Para el dirigente profesional ‘toda la actividad no esencial debería cerrarse’ y por el contrario ‘todo invita a salir, los bares abiertos, los shoppings, los free shops, es la simbología de las señales y hay que tomar conciencia de que esto hace muchísimo daño’.
Sostuvo que al terminar mayo, con una curva de casos que vuelve aumentar en forma clara, con un pico alto y con una de las mayores tasas de contagio y muertes diarias per cápita del mundo, parece necesario evitar una enorme cantidad de fallecimientos.
En idéntica frecuencia el virólogo uruguayo Santiago Mirazo, afirmó al diario La República que ‘ningún país ha logrado mitigar el impacto del aumento exponencial de casos sin medidas restrictivas fuertes de la movilidad’.
Respecto a una vuelta a la normalidad vaticinada por el ministro de Salud Pública Daniel Salinas para la primavera austral, refutó que será indispensable alcanzar una cobertura de vacunación bien alta, o una mejora en la efectividad.
Ambos especialistas coincidieron en que la restricción de la movilidad requiere de un apoyo financiero a sectores más desfavorecidos.
Sus observaciones siguieron al anuncio gubernamental de planes para reabrir espectáculos teatrales, y antes la presidencia autorizó la reactivación de los gimnasios y las tiendas libres de impuestos en las permeables fronteras con Brasil, para turismo de compras, transmisor de la variante P1 del virus SARS-CoV-2.
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