En una intervención en la Asamblea de la República (Parlamento), Cabrita dijo que las alegaciones son parte del estado de desesperación de los socialdemócratas contra el gobierno en el tema de la final este sábado en la ciudad de Oporto entre las selecciones del Chelsea y el Manchester City.
Tras el pitazo final del juego, ganado por el Chelsea, muchos aficionados festejaron en bares y otros lugares de ocio y violaron los protocolos de distanciamiento marcados por la pandemia de Covid-19. Incluso hubo enfrentamientos con fuerzas de seguridad.
El ministro dijo que si hubieran dado esas instrucciones a la Policía de Seguridad Pública violarían toda la autonomía técnico-operacional del cuerpo, lo cual sería –aclaró- una falta de respeto a un organismo reconocido a nivel europeo por su capacidad de intervención.
No obstante, el diputado socialdemócrata Carlos Peixoto responsabilizó al gobierno con lo ocurrido en Oporto, lo cual consideró una discriminación con los portugueses, a quienes se le aplican medidas de confinamiento.
‘El gobierno invitó a los británicos a una fiesta repleta de estrellas y después quiere que se comporten como si estuvieran en una misa’, ironizó el legislador.
Lo más grave es que había ya antecedentes y el Ministerio de Administración Interna no aprendió, añadió en alusión a los festejos en Lisboa cuando el Sporting se coronó en el campeonato local de fútbol.
Peixoto también criticó al gobierno por interferir en los planes policiales para investigar la actuación del cuerpo cuando aumentó la presión popular por los festejos en esta capital.
La actuación blanda de la policía este sábado en Oporto generó agudas críticas al ejecutivo desde todo el arco político portugués, que todavía tiene resultados imprevisibles.
El primer ministro Antonio Costa intentó defenderse el lunes de las acusaciones, pero eludió el costo político en la violación de las restricciones por la enfermedad ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2, que dejó más de 17 mil muertos en el país.
Lo que ocurrió este fin de semana no puede servir de ejemplo y tendrá que ‘servir de lección’, añadió Costa.
Las declaraciones de Costa no disiparon la tormenta política en la que se encuentra el gobierno por el descontrol protagonizado por muchos aficionados británicos que no respetaron las medidas de seguridad y la aparente pasividad de las autoridades en ese sentido.
Unido a ello, genera alguna controversia la declaración de un portavoz policial acerca de que recibieron órdenes superiores para no molestar a los británicos.
Entretanto, el secretario general adjunto del gobernante Partido Socialista, José Luís Carneiro, adelantó que en los próximos días se producirá una explicación sobre lo sucedido.
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