El gobernante manifestó en conferencia de prensa que ya le hizo la solicitud de perdón al papa Francisco, a quien le pidió también la publicación de registros asociados con el sistema escolar residencial de esta nación.
Los funcionarios católicos hasta ahora se niegan a publicar datos de ese centro, que fue una de las 139 instituciones de su tipo establecidas en todo el país desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990, indicó la cadena CBC.
La semana pasada la tribu local Tk’emlups te Secwepemc informó que encontraron enterrados los restos de 215 menores en Kamloops, al sur de la provincia de British Columbia, en el lugar donde funcionó la escuela residencial para indígenas más grande del país.
El descubrimiento de los cadáveres provocó indignación y muchos ciudadanos hicieron vigilias y memoriales improvisados.
Desde el siglo XIX hasta la década de 1970, se hizo obligatorio en Canadá que más de 150 mil niños de las Primeras Naciones asistieran a escuelas cristianas como parte de un programa sin basamento científico para asimilarlos a la sociedad canadiense.
Fueron obligados a convertirse al cristianismo y no se les permitió hablar sus idiomas nativos, muchos fueron golpeados y maltratados verbalmente, y se estima que murieron hasta seis mil.
Un informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, publicado en 2015, reportó que al menos tres mil 200 niños habían muerto en medio de abuso y negligencia, y reveló unas 51 muertes solo en la escuela de Kamloops entre 1915 y 1963.
El documento, de unas cuatro mil páginas, describió la situación como un genocidio cultural llevado a cabo con la complicidad de la Iglesia y el gobierno.
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