El canciller Marcelo Ebrard informó en la conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional aspectos de la visita que motivaron gran cantidad de preguntas muy incisivas por parte de los reporteros, capeadas por el secretario.
La visita se realiza a menos de dos días de las más cruciales elecciones intermedias de México. Harris llegará a las 11 de la noche del día 7 y comenzará se agenda el 8 a las 10 de la mañana cuando ya habrá más información de los resultados comiciales.
Esa circunstancia le permitirá recabar información muy fresca y de primera mano del reacomodo de fuerzas políticas en todo el país, más allá de los objetivos oficiales anunciados de la visita, en primer lugar el tema migratorio y la participación de Estados Unidos en planes de desarrollo del sur mexicano, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Parece muy difícil que se conozca lo que tratarán López Obrador y Harris sobre una de las inquietudes planteadas por los reporteros a Ebrard relacionada con el anuncio del mandatario norteamericano, Joe Biden, de convertir la lucha contra la corrupción en el pilar de su política exterior.
En especial, que mantendrá el apoyo financiero a la Usaid, DEA y CIA de triste historial injerencista en México y otros muchos países, y con las cuales el gobierno mexicano tiene litigios en estos momentos.
La Usaid financia abiertamente al grupo Mexicanos Contra la Corrupción, uno de los más acérrimos adversarios de López Obrador acusado de disfrazarse de organización no gubernamental aunque es público que agrupa a poderosos intereses empresariales y es encabezada por uno de estos, Claudio X.
Los periodistas dieron una interpretación al anuncio de Biden y le dijeron a Ebrard que en su criterio esa fue una respuesta concreta a la carta diplomática que él mismo enviara al Departamento de Estado para que dijeran si seguirían financiando a Mexicanos contra la Corrupción.
Ebrard dio una interpretación diferente al responder que no se trató de una resolución o una circular sobre México, sino de la política de Biden en todo el mundo, que tiene que ver con lo que Estados Unidos ha hecho durante años: apoyar a muy diversas organizaciones a través de sus instituciones.
Lo que México está planteando, dijo, es que las organizaciones que reciban financiamiento de gobiernos extranjeros tienen que respetar el ámbito político interno, algo que, por cierto, también está en la ley en Estados Unidos, aclaró.
Especificó que el caso presentado por México es de una organización autodenominada Mexicanos Contra la Corrupción en la que militan elementos que acreditan sus propósitos de actividad política o de influir en la opinión pública y por eso este país centroamericano presentó una nota diplomática a Estados Unidos.
Los periodistas estimaron posible que la vicepresidenta se vaya con una idea clara de lo que potencialmente pueda ocurrir en México después de las elecciones una vez definidas las posiciones de cada partido en el nuevo balance de fuerzas.
Agregan que Harris desea irse con la tranquilidad de que, sea lo que sea, Biden no se vea presionado a ser más transparente después de las suspicacias levantadas por un anuncio que respalda la injerencia de sus agencias aunque la justifique con una aparente lucha contra la corrupción, que poco o nada tiene que ver con la de su colega López Obrador.
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