Matices por medio, las antípodas se centran en preventivas reducciones drásticas de la movilidad contagiosa o la reapertura de cada vez más actividades, concebidas por el presidente Luis Lacalle Pou en su preferente ‘perilla’ económica.
Al comenzar la semana, el epidemiólogo del GACH, Juan Gil, afirmó que el país carece de condiciones para hacerlo ante las altas cifras de contagio comunitario de la Covid-19.
El 38 por ciento de las muertes causadas en Uruguay acaecieron en mayo, según un resumen oficial estadístico, mil 660 por encima de los mil 642 del mes precedente y cerca de cinco mil desde el comienzo de la pandemia.
Tales datos contrariaron la recomendación previa del GACH de blindar ambos meses con drásticas medidas de restricciones de circulación, y terminaron con un promedio de 54 decesos diarios.
En este período, el gobierno autorizó a reabrir gimnasios y tiendas libres de impuestos en la frontera con Brasil y anunció un plan para reanudar los espectáculos teatrales.
Para el presidente del Sindicato Médico del Uruguay, Gustavo Grecco, es imperiosa la necesidad de medidas de restricción de la movilidad para bajar los números de contagios de la Covid-19 en el país.
Senadores del Frente Amplio, integrantes de una multipartidaria Comisión Parlamentaria de Seguimiento de la Pandemia que se reunió con el primer mandatario, manifestaron después frustración por falta de resultados.
Óscar Andrade puso el foco en que ‘la comunidad científica se expresó de forma unánime en la necesidad de tomar medidas para reducir la cantidad de contagios y de muertes’ y propuso instrumentos para que algunos sectores puedan quedarse en casa. Un punto sin retorno puso el mismo Lacalle Pou al afirmar en una entrevista por televisión que el Gobierno cumplió 24 de 27 recomendaciones transmitidas el 7 de febrero por el GACH para enfrentar el contagio comunitario del virus SARS-CoV-2, causante de la pandemia.
Pero especialistas del Grupo dijeron que fueron más las medidas desestimadas como, por ejemplo, la limitación del horario de comercios no esenciales, la solicitud de que las reuniones sociales sean solo entre convivientes, o la imposición del teletrabajo en el sector privado no esencial.
Su coordinador, el catedrático Rafael Radi, crítico de la falta de acciones contundentes para contener la ola de transmisión, adelantó que el GACH prepara el ‘fin de ciclo’ de su desempeño con una ‘salida elegante’ en su rol asesor de la Presidencia, lo cual probablemente ocurra el lunes venidero.
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