Esta es la segunda ocasión que la marcha es suspendida por las autoridades: la primera ocurrió el 10 de mayo pasado cuando detonaron incidentes por el intento de desalojo de familias árabes residentes en el distrito de Sheij Jarrah y la prohibición de fieles musulmanes de orar en la mezquita de Al Aqsa, uno de los tres lugares más sagrados del islam.
La secuencia de la profanación de los sitios musulmanes jerosolimitanos y los intentos de expulsión en Sheij Jarrah fueron seguidos de disparos de cohetes desde Gaza contra Israel y la desmedida respuesta del ejército de ese país contra esa franja de territorio palestino.
Acorde con los organizadores de la demostración de los extremistas judíos la prohibición fue solicitada a la Policía por el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, como precaución para evitar otra explosión de violencia similar a la de mayo pasado.
Los bombardeos indiscriminados del ejército de Tel Aviv contra Gaza costaron la vida a casi tres centenares de civiles palestinos, gran parte de ellos niños, mujeres y ancianos; del lado israelí ocurrieron 12 víctimas fatales, dos de ellos atropellados durante una alarma de ataque.
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