‘Necesitamos asegurarnos de que los servicios de salud estén plenamente operativos para salvar vidas y proteger el bienestar de las poblaciones antes, durante y después de huracanes’, afirmó la doctora Carissa Etienne, directora del organismo sanitario regional.
Precisó que es vital garantizar la protección y funcionalidad de la atención de urgencias, hospitalización, las camas de unidades de cuidados intensivos, los laboratorios y los centros de cuarentena y aislamiento.
Con ese fin, las autoridades nacionales y locales de los países en riesgo por huracanes y fenómenos extremos asociados a éstos deben prepararse para la temporada ciclónica 2021 en el Atlántico, que comenzó el pasado 1 de junio.
Durante este periodo, que se extiende hasta el 30 de noviembre, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos prevé una probabilidad de 60 por ciento de actividad superior a la normal.
Recientemente divulgó que se anticipan entre 13 y 20 tormentas con nombre, de las cuales entre seis y 10 podrían ser huracanes, y de tres a cinco huracanes importantes.
En la actualidad la preparación es aún más crítica que en años anteriores debido a la Covid-19 y sus consecuencias, unidas a la probable devastación de los fuertes vientos e inundaciones provocados por este tipo de eventos naturales.
La doctora Etienne instó a los funcionarios, especialmente del Caribe, Centroamérica, México y el norte de Sudamérica a actualizar los planes nacionales de respuesta a esos eventos naturales y a realizar ejercicios de simulación.
Insistió en que cada Estado debe fortalecer sus planes de evacuación, teniendo en cuenta medidas adicionales de distanciamiento físico, así como de higiene y saneamiento, en los refugios.
También llamó a los países a reforzar los servicios de atención de salud asegurando que el personal, los suministros esenciales y el equipo de protección estén disponibles cuando sean necesarios.
Los días 20 y 21 de mayo, representantes del organismo regional se reunieron con funcionarios de gestión de desastres de siete países centroamericanos y la República Dominicana para analizar las principales necesidades de reducción del riesgo de desastres.
En 2020, los huracanes Eta e Iota afectaron alrededor de 9,9 millones de personas y provocaron daños considerables a la infraestructura médica, especialmente en Honduras, Guatemala, Nicaragua y Colombia, recordó el doctor Ciro Ugarte, director de Emergencias Sanitarias de la OPS.
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