Según el estudio publicado en Journal of the Royal Society of New Zealand, la compilación de historias y registros de las exploraciones hacia el continente antártico, demuestran una continuidad de los viajes de expedición desde el siglo VII a la actualidad.
Las narrativas polinesias de viajes entre las islas incluyen las travesías de Hui Te Rangiora (conocido como Ui Te Rangiora) y su tripulación en el barco Te Ivi o Atea, señala la autora principal del sondeo, Priscilla Wehi, quien labora en el Instituto de Investigación de la Corona de Nueva Zelanda.
El documento apunta también la posibilidad de que Hui Te Rangiora dirigiera a sus navegantes hacia el sur, pues la evidencia encontrada exhibe tallas maoríes, represntativas tanto de los viajeros como de los conocimientos de navegación y astronomía.
Tribus como Ngai Tahu atesoran leyendas orales que devinen fuentes esenciales de conocimiento en relación con estos primeros exploradores y viajeros, mientras manifestaciones escultóricas como el pou whakairo (poste tallado) rinden tributo a Tamarereti como protector de los océanos del sur.
Presente en el país hace más de mil años, la cultura maorí constituye una parte indispensable de Nueva Zelanda, ya que su influencia está presente en todos los aspectos de la vida social, la gastronomía, la cultura, el idioma y las tradiciones.
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