De acuerdo con la investigación en células sanas de ese órgano con altos niveles de interferón, proteína producida para responder a patógenos, la enfermedad entró y se replicó, pero sin provocar una muerte celular, porque una respuesta inflamatoria multiplicó a las primeras.
Sin embargo, tal situación no ocurrió en aquellas con deficiencia previa, que sí presentaron un efecto citopático, cambios bioquímicos y moleculares que provocan incapacidad para la reproducción y muerte celular, explica la publicación.
Según la metodología declarada, en el experimento se cultivaron células en forma de esferoide tridimensional para imitar un riñón sano, y otras como capa bidimensional para simular este órgano lesionado.
‘Los datos indican que es poco probable que el coronavirus sea causa primaria de la lesión renal aguda observada en pacientes con Covid-19. Si dicho daño se produce en el riñón por cualquier causa, el patógeno podría subirse al carro para intensificarla¨, puntualiza Benjamin Berkel, autor principal del artículo científico.
El experto también alertó sobre la importancia de priorizar un tratamiento para el escenario común que provoca la lesión renal aguda en primer lugar, y de esta forma minimizar el peligro causado por el SARS-CoV-2.
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