‘Me inquieta la salud mental de ese sujeto. Consulté a una experta y me dijo que frente a la ira, la región más analítica del cerebro se apaga, sólo queda activa la amígdala cerebral (instintiva). Así los individuos no son capaces de razonar y sólo responden a sus propios intereses’, publicó el canciller en su cuenta de la red social twitter.
Tras satirizar sobre las afirmaciones de Pastrana, Arreaza comentó en otro tuit, acerca de la ceguera de este, que lo llevaron a emitir tales criterios.
‘Tiene un juicio reducido por su hipertimia displacentera (su ira). Esto le produce una visión sesgada en túnel, lo que le impide ver el panorama completo. Ya estoy más claro. Ojalá el señor acuda a un buen psiquiatra pronto’, escribió el diplomático venezolano.
Ante el inminente triunfo de Castillo sobre Keiko Fujimori, en las recientes elecciones presidenciales de Perú y el reconocimiento inmediato por parte de líderes regionales y sectores opositores de su país, la derecha comenzó su campaña de descrédito.
Las acusaciones contra los gobernantes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, como supuestos agentes de cambio o promotores de movimientos sociales, triunfos de presidentes progresistas y otras tantas acciones de los pueblos de América Latina contra el neoliberalismo, se han convertido en una tendencia en los últimos años.
Ante cada avance de los pueblos de la región en pos de un mundo mejor, la derecha latinoamericana comienza a culpar a los dirigentes de esas naciones, lo cual es cuestionado por muchos líderes, estadistas o intelectuales, por lo irrisorio de sus afirmaciones.
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