‘La explosión también dejó tres heridos’, afirmó una fuente de los servicios de seguridad.
Ese hecho ocurre una semana después de que otro ataque de presuntos yihadistas causó la muerte de un militar en la ciudad de Tougbo, a pocos kilómetros de la frontera burkinabesa, y después de que Costa de Marfil y Francia inauguraron una academia internacional de lucha antiterrorista cerca de la ciudad de Abiyán.
La instalación recientemente abierta tiene el propósito de aumentar la capacidad de la región del Sahel para contrarrestar una amenaza extremista que se va generalizando.
Expertos en seguridad alertaron que la insurgencia yihadista de la zona podría extenderse hacia el sur a los países del Golfo de Guinea.
Según el sitio digital, el ocurrido en el nordeste marfileño es el cuarto ataque en este país de África occidental en poco más de dos meses.
La última serie de asedios ocurrió en marzo, cuando decenas de presuntos islamistas mataron a tres miembros de las fuerzas de seguridad de Costa de Marfil en una incursión contra posiciones del ejército cerca de la frontera con Burkina Faso.
El Ejército declaró que los ataques atribuidos a yihadistas activos en Burkina Faso, también ocurren en los vecinos Mali y Níger.
La insurgencia de los grupos radicales en la región africana del Sahel surgió en el norte de Malí en 2012, tras la guerra desatada por países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Libia y en la cual asesinaron al líder Muamar Gadafi.
Para observadores lo que ocurre en la franja territorial al sur del Sahara es un ‘efecto colateral’ de aquella contienda contra Trípoli y el cual tomó fuerza y maduró, con el consiguiente perjuicio para toda esa subregión que atraviesa al continente, aunque los Estados más afectados por el terrorismo se hallan en su región occidental.
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