‘Tenemos un sistema penitenciario extremadamente costoso, inhumano, degradante e ineficaz, que solo sirve para denigrar a las personas o insertarlas en el mundo organizado del crimen’, reconoció Mendes, quien también señaló que el encarcelamiento masivo agrava en lugar de resolver el problema de la violencia y la seguridad pública.
Precisó que la reciente ola de violencia en Manaos, capital del norteño estado de Amazonas, ‘demuestra esta situación, pues las informaciones preliminares indican que las órdenes de ataques a los autobuses, a los edificios públicos y a la población salieron del interior de las prisiones’.
Mendes es el ponente de un habeas corpus colectivo en el que la segunda sala del STF concedió el arresto domiciliario a todos los reclusos que son padres o tutores de niños menores de 12 años o discapacitados.
Tal condición es que no hayan cometido delitos con violencia o amenaza grave y contra sus propios hijos o personas dependientes. Según el ministro, hay unos 32 mil presos beneficiados.
Por vez primera vez se debatió un veredicto adoptado por la corte superior, destinado a verificación.
La segunda sala aprobó la celebración de la audiencia para aclarar dudas y dificultades en el acatamiento de esta decisión, ante el incumplimiento reiterado de la medida.
Al abrir el debate, Mendes citó el informe de la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre el sistema penitenciario, realizada por la Cámara de Diputados en 2009, el cual concluyó que ‘los presos en Brasil, en su inmensa mayoría, reciben un trato peor que el dado a los animales: como desechos humanos’.
Son varios y fatídicos los ejemplos de violencia física, psicológica y sexual, el depósito de personas en condiciones insalubres, sufriendo la práctica de la tortura y los malos tratos, con el dominio de los ambientes carcelarios por parte de facciones criminales, apuntó el magistrado.
A pesar de la disminución de la población carcelaria durante la pandemia de Covid-19, Brasil se mantuvo en la 26 posición en el listado de países que más encarcelan en el mundo.
Una encuesta realizada por el portal de noticias G1 mostró que el país tiene 322 personas en prisión por cada 100 mil habitantes.
La tasa tiene en cuenta el número de presos en el sistema penitenciario (algo más de 680 mil) y el de habitantes (unos 213 millones).
De acuerdo con un reciente informe del Consejo Nacional de Justicia, divulgado el 2 de junio, Brasil registró 449 presos muertos por Covid-19 y 81 mil 214 infectados desde el comienzo de la pandemia.
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