Conocida como Gorriones de la catedral de Ratisbona, la agrupación de esa ciudad alemana solo permitía el acceso de niños y jóvenes, para mantener el legado de un proyecto fundado en el año 975.
Galardonado con la distinción de Embajadores Culturales de Europa y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, el grupo y la escuela asociada a este, empezarán a aceptar niñas en el curso académico 2022-2023.
‘Estamos deseando dar la bienvenida a las niñas a nuestra escuela en el futuro y ofrecerles unas oportunidades increíbles’, dijo el director del conjunto, Christian Heiss, quien anunció hace dos años sus intenciones de cambiar la dinámica de la formación.
El cambio, más allá de la reivindicación de los derechos de las mujeres, busca cambiar la percepción en torno el coro, pues en 2010 salió a la luz pública que los famosos gorriones eran víctimas de castigos corporales y abusos sexuales, denuncia seguida por un proceso investigativo de casi una década y corroborada con más de 500 testimonios.
Según detalló el informe final del sondeo encargado por la Iglesia católica, unos 500 niños sufrieron maltrato físico y 67, agresiones sexuales, incluyendo violaciones entre 1945 e inicios de la década de 1990.
Los Gorriones constituyen una mezcla entre el coro de la catedral y la escuela de canto, instalada en el mismo edificio, en la cual los jóvenes cantores estudian en un instituto propio, un centro de formación lingüística y humanística.
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