‘Insto a todas las partes interesadas a que sigan esforzándose por reducir los costos de la transferencia de remesas hasta un nivel lo más cercano posible a cero, en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y a que fomenten la inclusión financiera de los migrantes y sus familias, especialmente en las zonas rurales pobres’, enfatizó. Este 16 de junio se celebra el Día Internacional de las Remesas Familiares por decisión de la Asamblea General de la ONU para reconocer la contribución de los más de 200 millones de trabajadores migrantes que envían dinero a 800 millones de familiares en sus países de origen.
También se pone de relieve la resiliencia de los trabajadores migrantes ante las inseguridades económicas, los desastres naturales y climáticos y, en el último año, el impacto de la pandemia provocada por la Covid-19.
Un reciente estudio del Banco Mundial mostró que pese a la crisis sanitaria, en 2020 esas transferencias alcanzaron los 540 mil millones de dólares, solo ocho mil millones, o 1,6 por ciento por debajo del total de 2019.
‘Hay muchas razones por las que las remesas disminuyeron menos de lo esperado en la pandemia de Covid-19. La principal es que los migrantes dan prioridad a las necesidades de sus familias, reduciendo el consumo personal y recurriendo a los ahorros’, enfatizó Guterres.
Entre los catalizadores de las remesas en 2020 también destacó la adopción de la tecnología digital por parte de los trabajadores migrantes y sus familias, que facilitó las transferencias de dinero durante los confinamientos.
Las estadísticas muestran que el monto enviado con tecnología móvil aumentó un 65 por ciento en ese año, para alcanzar los 12 mil 700 millones de dólares.
De acuerdo con el informe del Banco Mundial se estima que la llegada de remesas a América Latina y el Caribe aumentó un 6,5 por ciento en 2020 y alcanzó los 103 mil millones de dólares.
Añadió que, aunque todavía no ha llegado a los niveles previos a la pandemia, la mejora del empleo en Estados Unidos ha permitido aumentar los flujos de remesas a países como México, Guatemala, República Dominicana, Colombia, El Salvador, Honduras y Jamaica, receptores de la mayoría de los envíos de los migrantes en el país norteño.
El texto señaló que el costo de transferir remesas a la región fue de 5,6 puntos porcentuales en el cuarto trimestre de 2020.
Sin embargo, apuntó, en muchos corredores de remesas más cortos, los costos siguen siendo exorbitantes; por ejemplo, el costo de enviar dinero a Cuba supera el nueve por ciento, y transferir remesas de Japón a Brasil demanda el 11,5 por ciento.
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