Por 168 votos a favor y 55 en contra, los miembros de la Conferencia de Obispos Católicos del país norteño acordaron somenter a debate nuevamente esa determinación en una próxima reunión del grupo en noviembre.
Por ahora, el alcance práctico de la decisión será limitado, pues pasará a cada líder religioso la responsabilidad de decidir si quienes apoyan la interrupción del embarazo pueden recibir o no la eucaristía.
Según la prensa, detrás de esa iniciativa se esconde la campaña de conservadores incómodos con el hecho de que Biden, segundo católico en ocupar el Despacho Oval después de John F. Kennedy, sea defensor del derecho a abortar.
El papa Francisco advirtió esta semana a los estadounidenses que no deben negar la comunión a los dirigentes y llamó a evitar el uso de la religión con fines políticos.
Este viernes, al ser preguntado sobre la decisión, Biden no se mostró preocupado por el tema. ‘Ese es un asunto privado’, afirmó el mandatario que acude a misa todos los domingos.
Anteriormente el gobernante firmó una orden ejecutiva que deroga la Ley Mordaza Global, la cual prohibía a las organizaciones sin ánimo de lucro prestar servicios de aborto o remitirlos al extranjero.
Además, el portal Bussines Insider recordó que la propuesta de presupuesto de la Casa Blanca también derogaría la Enmienda Hyde, una norma contra el uso de fondos federales para interrumpir embarazos, en la mayoría de los casos a través de programas como Medicaid.
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