Asociado con la fertilidad, tanto para las cosechas como en los seres humanos, la fecha del solsticio de verano varía entre el 20 y el 22 de junio, según el año y la zona horaria local.
Su llegada conlleva a la jornada más larga del año con unas 15 horas de luz, pues el Sol se encuentra en declinación máxima respecto al ecuador terrestre.
De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), el eje en el que nuestro planeta gira sobre sí mismo se aproxima a 23.5 grados con respecto al astro rey, lo cual hace posible que el hemisferio norte recibe altas cantidades de luz; mientras en el sur ocurre lo contrario.
Por dicho movimiento, en este día el polo norte estará apuntando más directamente hacia el Sol que en cualquier otro momento de 2021. Aunque esto no implica que vaya a ser la más calurosa del año en ese hemisferio.
Sin embargo, la Tierra sí absorberá gran cantidad de luz solar durante el solsticio de verano, y a pesar de que los océanos tardan en calentarse, la diferencia de temperaturas comenzará a apreciarse entre julio y agosto.
El solsticio de verano provoca que durante el verano boreal el Círculo Polar Ártico siempre esté iluminado, 24 horas al día, y en países como Finlandia y Noruega se haga de día temprano y anochezca muy tarde, registrándose pocas horas de oscuridad.
Dicho fenómeno ocurre cuando el cenit del sol está en su punto más alejado del ecuador. Suceden dos veces al año, en junio y diciembre.
A partir de esta noche comenzará la estación más larga del año.
Después de unos 94 días del verano, le siguen 92 jornadas y 18 horas de primavera, tras la cual se sitúa el otoño con 89 días y 20 horas.
El invierno cierra la lista con sus 88 días y 23 horas.
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