Louis Fritz Dorminvil, director departamental de Oeste, reconoció que algunas de las instituciones estaban situadas en zonas de difícil acceso debido a los enfrentamientos entre las pandillas, por lo cual fue necesario su relocalización.
De esta manera, los centros de Martissant, que desde el 1 de junio es epicentro de choques hostiles, se trasladaron a áreas de Carrefour, comuna ubicada en la salida sur de la capital.
De manera similar fueron reasentados los establecimientos de la zona baja de Delmas, que en la última semana fue escenario de vandalismo de empresas comerciales e incendio de un campo de desplazados del terremoto de 2010, en el cual vivían al menos 500 personas con discapacidad.
El objetivo es permitir un ambiente más sereno para los candidatos a pasar las pruebas, dijo a la prensa Dorminvil, antes de aclarar que el Ministerio de Educación no contempla la suspensión o modificación de los exámenes finales, previstos para la segunda quincena de julio.
Según datos de Naciones Unidas la situación de tensión en las entradas sur y norte de Puerto Príncipe, así como zonas de la comuna de Delmas, empujaron a más de 13 mil personas a abandonar sus viviendas, mientras medio centenar perdió la vida en el fuego cruzado.
La ONU estimó que ‘la policía no intervino en varios enfrentamientos recientes entre grupos criminales’ en la capital, y advirtió sobre las graves consecuencias humanitarias para el país, con los miles de refugiados sin acceso a los servicios básicos.
La ola de violencia también impactó otros sectores como la salud y el comercio, que experimentan dificultades mientras se intensifica la situación de inseguridad.
Esta semana, directivos del hospital Delmas 2, uno de los pocos dedicados a la atención de pacientes con Covid-19 en Puerto Príncipe, valoraron trasladar a los enfermos a otras instituciones, o incluso cerrar definitivamente el centro.
‘Los pacientes llevan varios días muriendo antes de llegar aquí; las ambulancias no pueden acceder al hospital. Los pacientes estables se ven obligados a permanecer en el hospital. El personal no puede ir al trabajo y los insumos están bloqueados a pesar de la voluntad de las autoridades de equipar el centro’, confirmó su director Lunick Santiague.
Por su parte, la Asociación de Industrias de Haití denunció los ataques y saqueos de bandas armadas a negocios privados, que generaron enormes pérdidas económicas, y criticó la la pasividad del Gobierno ante la multiplicación de las pandillas.
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